La Próxima Vida

sábado, 11 de diciembre de 2010 @ 9:15


Mi muy querida bienamada hija, estás preparada ahora para ir hacia adelante y continuar con la tarea de completar Mi Libro Sagrado de la Verdad. Tú, hija Mía, has estado sufriendo la purificación requerida para darte la fortaleza para este trabajo.

Mis hijos tan atrapados en este mundo de dos partes, no se dan cuenta de que pronto todo será uno. Las dos partes implican dolor y alegría. El dolor existe en el mundo de  manera que causa profunda confusión y desesperanza. Es un dolor como ningún otro desde la creación de la Tierra.

El dolor que se siente hoy está basado en la pérdida que ha ocurrido debido a que las cosas materiales se les han sido quitadas. También está el anhelo de paz en mente, cuerpo y alma. Esta solo ocurrirá a través de la humildad, aceptación y amor a Mi Padre Eterno. Entonces ahí está la alegría. Yo sonrío con amor cuando Mis hijos se ríen, sonríen y se divierten. Este es un don Mío. La risa y la alegría son un regalo importante para la humanidad siempre que sean puras y no a expensas de los demás.

Mis hijos de poca Fe, es difícil, lo sé, detenerse y decir “voy a volver a Dios”. Tantos de ustedes no son conscientes de quién es el Padre Eterno. Pocos entienden que Él los cuida todos los días de su vida, a todos y cada uno de ellos. Él sonríe, se ríe y siente una gran sensación de alegría cuando Sus hijos están felices. Sin embargo no mira con buenos ojos a aquellos cuya alegría, o supuesta alegría, se logra sin amor en sus corazones.

Yo, su Salvador, Jesucristo, los amo a todos ustedes Mis hijos también. Porque soy Uno con mi Padre Eterno. Sonrío a todos ustedes y espero que regresen a Mí.

Vengan a Mí, hijos Míos, como uno y acérquense a Mí con los corazones abiertos.

Para muchos de Mis hijos los mensajes que se refieren a Mi Segunda Venida a la Tierra provocan temor en sus corazones. No hay necesidad de temer. Este será un momento de absoluto gozo, gloria y pura felicidad. Porque para todos aquellos de ustedes que vuelvan sus corazones hacia Mí les sostendré en Mis brazos y llorarán lágrimas de alegría.

Creyentes por favor, por favor recen ahora por aquellos que no creen o que han perdido su camino. El granjero que junta su rebaño se esforzará siempre por buscar sin desfallecer a los que están perdidos. La dulzura de la victoria que él siente cuando regresan a su redil es similar al sentimiento que Yo tengo cuando Mis hijos perdidos regresan a Mí.

Hijos, incluso en momentos de alegría y risa en esta tierra, por favor recuerden una cosa. Esto no es más que un destello de la pura felicidad y alegría que existirá en la Nueva Tierra, cuando el Paraíso perdido emerja. Cuando esto suceda, la gente elegida, aquellos que viven vidas buenas, creen en su Creador, se unirán con los muertos resucitados. Esas personas, familiares y amigos que han pasado de esta vida, se unirán Conmigo en esta nueva gloriosa eternidad. Recuerden hijos, es importante no subestimar esta tierra. Ni asumir que todo en ella lo tienen bajo control. Porque no lo está. Conforme continúen siendo consumidos por sus promesas, decepciones, alegrías y maravillas, recuerden que es solo un lugar temporal, una etapa pasajera, antes de entrar al Reino de Mi Padre - el nuevo Cielo y Tierra que se vuelven uno.

Una llamada final, hijos Míos, récenme con sus propias palabras. Pídanme que los guíe. Pídanme que les muestre el amor y la verdad de una manera que tenga sentido. No mantengan sus cabezas enterradas en la arena o no disfrutarán de la gloria de la Nueva Tierra.

Vano sendero hacia la nada

Los hijos que se burlan y me niegan les dirán que no hay vida después de esta. Déjenme asegurarles que ellos no solo están negándose el acceso al Paraíso. En su lugar, ellos están eligiendo un sendero vacío hacia la nada. En algunos casos, están siguiendo la mentira del engañador - el maligno - que se mueve tan sigilosamente y con una pericia mortal, que ellos, no creyendo que existe, siguen ciegamente tomando su mano a través de las puertas del Infierno.

Mi sufrimiento en el Jardín de Getsemaní

Cuando Mis creyentes ven a esa gente pavonearse arrogantemente y jactándose de su ateísmo, sienten un terrible sufrimiento. Ellos, que han tomado Mi cruz, sienten la agonía que Yo sufrí durante Mi hora en el Jardín de Getsemaní. Aquí es donde supe, aunque voluntariamente hice el sacrificio definitivo cuando acepté la muerte como un medio para darles a Mis hijos una oportunidad de ganarse un lugar en el Reino de Mi Padre, supe en mi interior que no significaría nada para algunos de Mis hijos. Esta fue la peor agonía y la que me hizo sudar sangre. El terror que sentí por esas almas perdidas, aún existe en Mí hoy.

Aquellos de ustedes que preguntan - si eres Dios, o eres Jesucristo, entonces seguramente ¿puedes hacer cualquier cosa? Mi respuesta es, por supuesto. Excepto una cosa. No puedo interferir con su libre albedrío dado a la humanidad. Dependerá de Mis hijos tomar esta su decisión final por su propio libre albedrío.

Su amoroso Cristo, Su Salvador,
Jesucristo

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