Mi muy querida bienamada hija, debes recordar que cuando estás a Mi servicio, tu vida será siempre una cama de espinas.
Nada será fácil, pero conoce que cuando eres un alma elegida, esto no viene sin sacrificio. En esta jornada que emprendes al caminar a Mi lado, serás escupida, tropezada, burlada, pateada y atormentada, cuando menos lo esperes. Todos aquellos que abiertamente proclaman Mi Palabra, sufrirán también las mismas indignidades.
Sin embargo, no será hasta que aceptes estas humillaciones y pruebas, como parte de la cruz que cargas cuando decidiste trabajar para Mí, que madurarás hacia la perfección espiritual esperada de ti.
Acepta hija Mía, las humillaciones, los dolores y sufrimientos lanzados en tu camino. Seguramente a estas alturas, tú y todos Mis bienamados soldados, quienes aceptan Mis Sacratísimas instrucciones a través de estos mensajes, deben saber que soy Yo Quien camina a su lado.
Su amado Salvador
Jesucristo