Sepan que los 1,000 años mencionados en el Libro del Apocalipsis significan exactamente eso

lunes, 28 de mayo de 2012 @ 20:45

 Mi muy querida bienamada hija, cuando el hombre cuestiona las Enseñanzas contenidas en la Santa Biblia, esta es la naturaleza humana normal.

 Cuando el hombre tuerce las Enseñanzas en la Santa Biblia para que se ajusten a su propia agenda, esto me ofende.

 Pero cuando Mis siervos consagrados critican (censuran) partes de la Santa Biblia y las hacen a un lado, como si no fueran de ninguna consecuencia, ellos me niegan a Mí, el Hijo del Hombre.

 Todo lo contenido dentro de la Santa Biblia proviene de Mi Padre Eterno, Quien ha autorizado cada una de las Palabras a través de Sus ungidos.

 Crean que la Santa Palabra de Dios está contenida en el Libro de Mi Padre, ni una sola Palabra es mentira.

 ¿Por qué entonces aquellos que profesan ser estudiosos y expertos en la Verdad contenida dentro de la Santa Biblia cuestionan/ponen en duda Mi Santa Palabra como Yo se las presento a ustedes en estos Mensajes?  Mi Verdad está siendo dada a ustedes ahora, una vez más, para refrescar sus memorias, para recordarles las Enseñanzas contenidas en las mismas.

 A Mis hijos en la Tierra, sepan que las profecías contenidas en el Libro de Daniel y en el Libro del Apocalipsis todavía tienen que suceder.

Sepan que los 1,000 años mencionados en el Libro del Apocalipsis significan exactamente eso.

Si se hubiera pretendido que fuera algo diferente, entonces se habría dado un tiempo diferente.

Mi Iglesia, la Iglesia Católica, no ha declarado su creencia (su fe, su convicción), porque ella todavía no lo ha hecho (porque ella todavía no se ha convencido).

Mi Iglesia Remanente, los sarmientos remanentes de Mi Iglesia Católica en la Tierra, entenderán el verdadero significado de Mi Era de Paz en la Tierra.

Ustedes están en los Tiempos Finales, pero la Tierra será renovada.

Yo les hago una Llamada a todos ustedes, Mis siervos consagrados. Mi Voz es áspera mientras Yo les suplico que respondan a Mi Santa Llamada desde el Cielo.

Yo, su amado Salvador, he enviado muchos videntes y visionarios a ustedes hasta ahora. Estos ayudaron a abrir sus mentes a aquellos acontecimientos todavía por venir.

He esperado hasta ahora para proclamar al mundo las Últimas Revelaciones. Yo ahora envío Mi último mensajero, María Divina Misericordia, el séptimo mensajero, para preparar el capítulo final, tal como se reveló a ustedes.

Mi Voz es como el trueno. Continuará siendo oída por sobre toda la Tierra. No se detendrá hasta el Día en que Yo venga a Juzgar.

Ustedes pueden no escucharme ahora. Muchos de ustedes descartarán Mi Palabra con arrogancia, lo cual me hiere profundamente.

Otros, por miedo, me ignorarán porque es más fácil de esa manera.

 Pero pronto los cambios de los que hablo sucederán. Entonces la Verdad empezará a caerles en cuenta.

 Los llamo ahora y les digo esto. Yo espero su respuesta ya sea ahora o en el futuro.

 Estoy esperando. Continuaré, pacientemente, hasta el día en que vengan corriendo a Mí buscando Mi Protección.

 Yo nunca me doy por vencido con Mis siervos elegidos, aquellos a quienes Yo llamé en primera instancia.

 ¿Recuerdan la primera vez que los llamé? Ustedes sintieron Mi Voz hablándole a su alma, urgiéndolos a entrar en unión Conmigo. ¿Me pueden oír ahora?

 Pídanme que les revele ahora, que soy Yo, su Jesús, suplicándoles que vengan, que se levanten y me sigan en esta última y ardua jornada hacia la Vida Eterna. No teman Mi Llamada. Confíen en Mí y digan esta oración pidiéndome que los deje escuchar Mi Llamada

 Cruzada de Oración (57): Para el Clero – Jesús, haz que escuche Tu llamada.
 “Oh mi amado Jesús, abre mis oídos al sonido de Tu Voz. Abre mi corazón a Tu llamada amorosa. Colma mi alma con el Espíritu Santo, para que pueda reconocerte en este momento. Te ofrezco mi humilde lealtad a todo lo que me solicites. Ayúdame a discernir la Verdad, a levantarme, responder y seguir Tu Voz, para que pueda ayudarte a salvar las almas de toda la humanidad. Tu Voluntad es mandato para mí. Dame valor para dejarme guiar por Ti, para que pueda tomar la armadura necesaria para dirigir a Tu Iglesia hacia Tu Nuevo Reino. Amén.”

 Recuerden, Yo Jesucristo, nunca permitiré a Mis siervos consagrados desviarse del Sendero de la Verdad. Yo estaré en cada esquina, en cada vía y les señalaré la dirección correcta. Pueden encontrar esto frustrante a veces. Pueden estar confundidos. Puede que no quieran oír la Verdad. Puede que estén temerosos. Pero sepan esto. Yo siempre los amaré. Yo siempre estaré a su lado.

Nunca los abandonaré.
Su amado Jesús 
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