Mi muy querida bienamada hija, sino fuera por Mí, Jesucristo, desde donde hablo al mundo en este momento, muchas almas nunca entrarían por las Puertas del Paraíso.
Muchísimas almas ingratas no obedecen ya más Mis Leyes, y por lo tanto, crean sus propias interpretaciones, las cuales encuentro repulsivas. Las Reglas/Normas concernientes a la Verdad fueron dadas -como un Regalo a la humanidad– como un medio para permitir al hombre ganarse el derecho para la salvación. ¿No saben que no pueden vivir con su versión de las Leyes de Dios y luego esperar entrar en el Paraíso?
La arrogancia del hombre ha sobrepasado el espíritu de humildad. El hombre ya no sirve a Dios de la forma que se le ordenó hacer. En vez de hacerlo, ha creado, de su propia imaginación, una visión de lo que él cree que es el Cielo. Hoy, ningún siervo Mío –esos designados para estar a Mi servicio– ni siquiera mencionan la existencia del Infierno. La mera mención de la palabra “Infierno”, incomoda a Mis siervos consagrados, porque temen al ridículo que tendrían que afrontar de una sociedad secular, la cual ha sido engañada. El infierno es la casa de tantísimas pobres almas y cuanto me duele ver almas desprevenidas, sumergirse/ caer en el abismo del terror, en el momento en que ellos toman su último aliento.
Los hijos de Dios deben ser prevenidos ahora de la urgencia para rezar por las almas que están ciegas a la Verdad. Muy pronto, el Infierno será declarado formalmente como un lugar que no existe. A las almas se les dirá que todos los hijos de Dios, siempre que vivan razonablemente y lleven vidas decorosas –sin importar si creen en Dios, o no – se les dará la Vida Eterna. Pero esto será una mentira. No hay retorno del Infierno. Es para la Eternidad
Muchas almas que externamente me rechazan, tanto en privado como públicamente, se pudrirán en el Infierno. Su amargo pesar/lamento se hará peor por el terrible y doloroso sufrimiento y por el odio de Satanás. Una vez en el Infierno, Satanás se les revelará a ellos en todas sus perversas y viles formas, y su odio por ellos los llenará cada segundo. La repugnancia de ellos hacia él, en sí, –la misma bestia a la que ellos rindieron honores durante sus vidas en la Tierra– será la causa de muchos de sus sufrimientos. Pero, será su separación de Mí y el dolor de la oscuridad que experimentarán, lo que les causará la mayor angustia.
Cualquier hombre que les diga, en Mi Nombre, que el Infierno no existe, no tiene ningún interés en ayudarles a salvar su alma. Cuando ustedes estén convencidos de que el Infierno no existe, entonces aceptan equivocadamente que el pecado es irrelevante.
No me pueden servir si creen que el pecado no existe. No pueden vivir una vida Gloriosa por la Eternidad en Mi Reino, si no me piden perdón por sus pecados. Este es el centro/núcleo de la nueva –pronto a ser introducida– doctrina, a la que serán forzados a tragar/aceptar. Aquí es cuando ustedes serán engañados para desatender la preparación de sus almas para el Gran Día del Señor, cuando Yo venga a reclamarlos como Míos
Les digo esto para advertirlos/avisarles –no para asustarlos. Les ruego que acepten el pecado como parte de sus vidas, pero les insto que continúen evitando los siete pecados capitales, porque cuando lo hagan, estarán bajo Mi Favor. Deben siempre confesar sus pecados. Háganlo diariamente. Hablen Conmigo y pídanme que los perdone. Para aquellos de ustedes que no pueden recibir el Sacramento de la Confesión –aquellos que siguen muchas creencias y religiones– entonces tienen que aceptar el Regalo que les di de la Indulgencia Plenaria. (Cruzada de Oración 24)
Cuiden de su alma, porque es su alma la que vivirá por siempre. Vivirán en solo uno de los dos lugares, por la eternidad – en el Infierno o en Mi Reino.
Su Jesús